En anteriores tribunas ya hablamos sobre el papel acelerador del Consejo Asesor y su aportación para orientar la Visión estratégica de las compañías. En esta ocasión nos vamos a centrar en resaltar la necesidad de disponer de una clara definición del Propósito estratégico como paso previo a conformar un Consejo Asesor.

Lograr la consecución del propósito estratégico habitualmente es la razón principal por la que un Consejo de Administración toma la decisión de contar con un grupo de profesionales externos a la compañía o Consejo Asesor. Un equipo de profesionales que se contratará con el objetivo de ayudar a alcanzar la meta deseada.

En Pine Consulting & Investments estamos comprometidos en maximizar la rentabilidad y el crecimiento de las compañías. Contribuir para que las empresas impulsen la “puesta a punto”, ayudándoles a desarrollar una visión orientada a la nueva realidad. Desde nuestra posición como asesores expertos, consideramos de carácter prioritario disponer de una definición clara y concisa del propósito estratégico del cliente y del papel esperado cuando se cuenta con un Consejo Asesor.

¿Por qué se debe considerar crítica la alineación de los objetivos del consejo asesor con la definición del propósito estratégico?

De la misma manera que el propósito estratégico establece los criterios que la organización ha de utilizar para fijar el camino a seguir y muestra cómo debe ser su posición en el futuro, es necesario preestablecer unos objetivos de trabajo definidos y alineados con dicho propósito para el consejo asesor. Una vez definidos los objetivos nos servirán para definir cuáles van a ser los requisitos en la selección y contratación de este equipo asesor externo.

La clave del éxito futuro para alcanzar la meta y obtener el máximo beneficio de la colaboración por parte de un consejo asesor antes de su puesta en marcha, está en reflexionar y trabajar en la buena definición del propósito desde el Consejo de Administración, ya que de éste dependerá la elección de sus miembros y el propio funcionamiento del equipo asesor externo. En definitiva, tener claro qué esperamos del mismo.

¿En qué puntos debemos hacer incidencia al definir un propósito estratégico?

El propósito es diferente para cada caso, por lo que no debemos dejar cabos sueltos que nos desvirtúe la eficacia del trabajo que los asesores externos van a llevar a cabo para nosotros.

El trabajo del Consejo asesor o equipo de expertos y, por tanto, del propósito para el que se ha elegido, debe estar relacionado con la presentación de tendencias, el contraste de ideas con los equipos de gobierno y de dirección, la generación de oportunidades y la mejora reputacional de nuestra compañía.

¿Cuáles son las características que debemos considerar para definir el propósito estratégico?

Una buena definición del propósito debe reunir tres características esenciales:

  • Éxito: el propósito incorpora la idea triunfo, como reto básico un compromiso estratégico ambicioso y con la vista puesta en el éxito futuro.
  • Estabilidad: permanente a lo largo del tiempo, es un reto a largo plazo, si bien debe ayudar a proporcionar coherencia en las decisiones estratégicas y a corto plazo.
  • Triunfo: alcanzar la meta tiene que motivar de tal forma que promueva al esfuerzo y consiga el compromiso del personal en su consecución.

En momentos de transición y cambio observamos que existe un importante desfase entre realidad actual de las compañías y el futuro deseado por el propósito. Este hecho implica un esfuerzo considerable para los equipos.

¿Cómo alinear las expectativas del propósito con su consecución?

Para superar estos desfases y avanzar en sentido correcto, la organización puede plantearse la consecución de sucesivos retos empresariales y objetivos menos ambiciosos y a más corto plazo (mejora de la calidad, reducción de costes, optimización, gestión de existencias, etcétera).

La clave del éxito está en conjugar el propósito a largo plazo con la definición de unos objetivos a corto, objetivos que sean alcanzables, cuantificables y flexibles.

Es indispensable conseguir la implicación de todos los miembros de la organización para que los retos empresariales sean efectivos y el propósito estratégico se consiga a largo plazo. En este sentido es muy recomendable contar con asesores externos que, no estando atenazados por el compromiso de los resultados a corto, nos van a ayudar a definir cuáles van a ser los objetivos alcanzables a corto.

Unos objetivos que permitan hacer seguimiento de su consecución a través de la utilización de métricas de sencillas con una metodología contrastada y que aporten consistencia a las decisiones que la compañía tome. Este equipo externo, Consejo Asesor, a la vez nos permitirá definir cómo desarrollar una política de incentivos que anime a los empleados a comprometerse con los resultados esperados.