A la investigación de mercado le pasa como a la filmografía de Woody Allen o de Almodóvar- por hablar de un genio nacional- cuando es buena, retrata la vida cotidiana con un punto de vista totalmente original.

Con una dosis acertada de fantasía y emoción nos permiten acercarnos a lo más convencional del mundo y redescubrirlo desde nuevas e inspiradoras dimensiones.

Lo bueno de este cine es que, si nos mueve algo, lo va a hacer de una manera acomodaticia, sin cuestionarnos y adaptándonos mejor a nuestra vida. Lo malo es que se nos va a olvidar pronto la película. Esto último en realidad no es tan malo, porque quiere decir que la hemos devorado y formará parte de nosotros mismos para siempre. Lejos de ser un ideal inalcanzable, habremos aprendido con ella.

Así debe ser la investigación que nos aporta valor.

Por ejemplo, Hable con ella, la película de Almodóvar era una película metafórica de lo que el silencio permite cuando hay una vida que no habla; nos descubre que la vida es lo que hacemos con ella.

Investigar siempre es hablar con los consumidores, pero podemos hablar de muchas cosas; de ellos, de sus costumbres, de sus gustos, de nuestros productos. Cosas que en la mayoría de los casos son indicadores que tenemos que tener en cuenta y que difícilmente podemos, cambiar porque no dependen de nosotros, o costaría demasiado hacerlo.

Pero sí, sí hay descubrimientos de mercado que podemos gestionar con nuestro esfuerzo

Nuestra marca

Dentro de todas las dimensiones que alcanza la Investigación de mercado hay una parcela propia, que sí depende de nuestras decisiones y de nuestro buen hacer. Mejor dicho, dos; una la experiencia del consumidor con ella y otra la comunicación que hacemos de ella. Es lo que diríamos una colaboración necesaria.

Sean una o varias marcas, nuestro proyecto empresarial aparece para el mundo con un nombre que aparte del registro de la propiedad intelectual, es un ente que adquiere vida propia a poco que la ayudemos.

Nuestra marca, nuestra enseña, no siendo más que un nombre va a respirar dependiendo de nuestro esfuerzo para mantenerla viva.

Pero no sólo es nuestra, es de todos aquellos y de todo aquello que actúe bajo su nombre.

La marca es la referencia que va a reunir para nosotros un proyecto y para el consumidor un producto y en la inmensa mayoría de los casos, un servicio.

Así que cuando se nos olvida todo lo que significa porque la hemos integrado en nuestra cotidianeidad, como ocurre con las películas de las que hablamos, vale la pena hacerle un chequeo y hablar con ella.

Nuestra marca tiene personalidad y tiene historia

Siempre será el consumidor quién la refleje, porque tanto si la hemos creado recientemente y más si lleva tiempo siendo nuestra creación, nuestra marca ha evolucionado fuera de nosotros.

Destacará por sus virtudes: “Es mi marca preferida”.

Ha podido envejecer como nosotros: “Es una marca buena pero clásica”.

Tener nuestra personalidad: “Siempre encuentro en ella todas las novedades”.

A lo mejor es soberbia: por ejemplo, ser una marca de lujo que no tiene imitaciones chinas, puede ser un problema.

O puede tener un fin dramático como las actrices del cine mudo. ¿Alguien concibe que una marca no haga lo imposible para seguir siendo lo que fue?

La salud de nuestra marca

La investigación sobre nuestra marca y su relación con el deseo del consumidor es un diálogo siempre relevante, porque en el fondo hablamos con nosotros mismos y nuestro deseo de pervivir.

¿Hay sorpresas cuando investigamos nuestro posicionamiento? Claro que las hay, buenas y malas. No hay crecimiento ni consolidación de nuestra marca si no hablamos con ella.

Es verdad que una buena intuición puede suponer un gran salto empresarial, pero hay que tener en cuenta que detrás de la mayoría de los éxitos hay un trabajo profesional que favorece su triunfo.

Si quieres conocer la salud de tu marca y su reputación, habla con ella. A través de sus usuarios y desde luego, con alguien que sepa preguntar y no te oculte la verdad. Es mejor contar con un tercero que nos asegure la neutralidad.

Una buena investigación de mercado es la que nos aporta esa nueva mirada sobre lo que creemos que ya sabemos, ah y no olvides, que la genialidad está en el punto de vista.